
Por lo visto, todo es en plan La Fura dels Baus pero en gastronómico. Te sirven las experiencias culinarias (lpc 4) suspendidos del techo mediante cables y gritando obscenidades en checheno.
Galletas con polo positivo y negativo que sueltan calambrazos, vichyssoisse de Chanel nº 5, mejillones catalépticos austrohúngaros, tripas de bacalao rellenas de trufas enanas de la Isla de Pascua… (juro que sólo exagero un poco)
Vajilla con alerones diseñada por Agatha Ruiz de la Prada.
Cubertería de oro con mango de molibdeno forjada en el taller de Félipé Gonzalès.
Cristalería de los Monjes de Silos soplada por trompetistas de jazz.
Mantelería de Yves Saint Laurent de la temporada primavera-verano 2007.
Camareros instruidos en la escuela de arte dramático de Albert Boadella.
Creo que en la carta de vinos están sencillamente todos. Españoles, franceses, italianos, portugueses, californianos, sudafricanos, martiniqueños, senegaleses…
Te regalan (lpc 5) un ejemplar personalizado (lpc 6) del menú. Y el mismísimo Ferrà Adrià tiene el simpático detalle de salir a saludar cuando termina la función. Creo que es de buen tono que los comensales (lpc 7) aplaudan. No se emite factura.
Notas aclaratorias del lenguaje políticamente correcto:
1 pijo
2 Gerona
3 acojonante
4 platos
5 Está incluido en el precio general
6 Hay un espacio en blanco para poner tu nombre con bolígrafo
7 primos
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