miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yo tenía un novio que tocaba en un conjunto beat

Hace tiempo estaba tomándome un cortado en el mostrador de un bar cuya clientela era mayormente jovenzuela. Creo que estaba sintonizado el hilo musical. Había otro tipo de mi edad, tomándose una caña, a considerable distancia de mí. El caso es que después de un par de canciones ramplonas se escuchó “Yo tenía un novio que tocaba en un conjunto beat” de Rubi y los Casinos, a la que nadie menor de 40 años prestó atención. Cuando llegó el estribillo (ye-ye..) el otro tipo y yo soltamos nuestras bebidas y lo tarareamos al unísono, para pasmo de la camarera y de la concurrencia.

Estuve en el cine viendo una película agradable con Uma Thurman y Meryl Streep. Ya he olvidado el título. Me llamó la atención que todos los actores y todos los extras (y salían cientos) fueran delgados cuando dicen que buena parte de los habitantes de los EEUU son gordos o muy gordos (¿O es gorda o muy gorda? Qué asco de concordancia) Queda claro que alguien miente.

Por cierto, todos los espectadores eran plenamente adultos a excepción de dos petardas sudamericanas que se pasaron la película entera royendo mazorcas de maíz (digo yo, por el ruido). En un momento dado les sonó el móvil y no sólo no se dieron la menor prisa en sacarlo del bolso sino que además respondieron la llamada vociferando como si estuvieran en el mercado de chinchillas de Cochabamba regateando con una vendedora sorda. Ni que decir tiene que me faltó tiempo para pedirles amablemente que lo apagaran. No sé, me pareció lo normal, y ellas se disculparon y obedecieron, ante la indiferencia general.

Empieza a cansarme esto de hacer siempre de malo.

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