jueves, 26 de julio de 2007

Tutti frutti estival

Si Japón es Extremo Oriente, los EE.UU... ¿son Extremo Occidente? ¿Qué somos nos? ¿Occidente a secas? Sí, porque el calentamiento global imposibilita que seamos Occidente con hielo ya que la glaciación que debería estar comenzando se va a retrasar por lo menos 40.000 años, y para entonces la humanidad habrá retrocedido al periodo de cazadores-recolectores, mucho más interesante desde cualquier punto de vista que todos cuantos le sucedieron.

Detención de un agente doble del CNI, servicio de (ji ji ji) inteligencia español, que vendía información a los rusos por un puñado de rublos. Un espía debería ser lo más parecido posible a Daniel Craig: masculino, atractivo, duro como un bloque de granito, follando a diestro y siniestro y asesinando sin piedad. Y este espía doble tiene pintas de ser blandito, parece el empleado de un almacén de repuestos de automóvil, probablemente se deshace como un polvorón en cuanto alguien le levanta la voz, folla de Pascuas a Ramos y previo pago, y si matase a alguien los remordimientos le impulsarían a correr al confesionario más cercano… ¿Tienen los ortodoxos confesionarios?

Existe un patito en América del Sur (oxyura vittata) que ostenta el record en cuanto a longitud del pene en consideración con la longitud del cuerpo. Y yo que pensaba que las aves se reproducían como las ranas, frotándose las cloacas. Bueno, resulta que la hembra de esta portentosa criatura debe de tener las trompas de Falopio justo debajo del cerebelo (¿tienen las aves cerebelo?) porque de otro modo no se explica la dotación del macho. Para que nos entendamos, sería como si a nosotros los humanos el pene erecto nos llegara hasta la frente, lo que haría muy dificultoso disimular las erecciones repentinas en momentos inoportunos (y las autofelaciones). Tal vez el dimorfismo sexual de esos oxyura vittata sea muy grande y mientras el macho tenga el aspecto de un pato de goma de los de entretener al niño mientras le bañas, la hembra sea como una avutarda grandota o una de esas pobres ocas que los franceses contrarios a la cruel fiesta de los toros ceban para elaborar el libre de pecado foie gras.

El “Solitario”, el peligrosísimo atracador de bancos que ha tenido en jaque a la policía española durante tanto tiempo (detenido a cuerpo gentil por la policía portuguesa), es también un peligrosísimo vecino. Entre sus costumbres más abyectas se encuentran la de tocar el órgano (como el dr. Phibes) y la de escuchar, a todo volumen… Kiss FM (cuánto mejor Shit FM). Exijo que le apliquen la pena de muerte ya.

Cristina Fernández (¿quién?), candidata a la presidencia o a la jefatura de gobierno –no sé- argentina, esposa del actual presidente o jefe del gobierno –tampoco sé-, Néstor Kirchner, está de visita en España dándose a conocer. Ha dejado la alfombra roja sembrada de cadáveres diplomáticos y sus colaboradores intentan desesperados barrerlos debajo antes de que su imagen quede arruinada para siempre. Los estadistas argentinos carecen de habilidades sociales. En cuanto bajan del avión empiezan a crearse enemigos. ¿Les rinde algún beneficio político comportarse con esa antipatía patética y esa arrogancia pigmea o es algo que forma parte del carácter nacional? Si se comportan así cuando visitan España o el RudGBeIdN (Inglaterra)… ¿qué harán cuando visitan Bolivia o Jamaica?

miércoles, 25 de julio de 2007

Qataluniyah

Media Cataluña a oscuras (aún siguen sin luz 10.000 hogares) por el colapso de un transformador eléctrico. Cataluña presume de “nación” europea elitista pero sufre accidentes propios de las repúblicas bananeras –o datileras- menos desarrolladas: edificios de viviendas que se desploman, escapes en plantas químicas, ríos que bajan negros de contaminación, trenes que descarrilan, explosiones de gas, bosques ardiendo… Los navarros miran de soslayo a los catalanes por aquello de la tutela carolingia –mil años no es nada- aunque económicamente, incluso cívicamente, haya verdaderos motivos para ese desdén. Parece como si los catalanes intentaran ser más franceses que los belgas, pero con la vista puesta en los peores barrios bajos de Marsella, mientras los walones la tienen puesta en el centro de París. Y así les va.

Hay que apoyar a

El mantenimiento de los muladares. ¿Qué cojones saben los legisladores de la Unión acerca de los hábitos de la fauna salvaje? Los mismos burócratas que autorizaron la alimentación del ganado con piensos de origen animal, prohibieron luego arrojar carroña a la naturaleza y se sorprenden ahora de que los buitres pirenaicos planeen sobre la ciudad de Bruselas buscando algo que llevarse al buche y de que los oseznos y los lobeznos de los bosques leoneses se mueran de hambre.

sábado, 21 de julio de 2007

“El libro negro”

Recientemente estuve viendo “El libro negro” (“Zwartboek”) y la primera pregunta que me vino a la cabeza fue ¿por qué algunos directores de cine europeos se trasladan a los EE.UU. para rodar películas infames cuando en Europa disfrutan de una libertad creativa inigualable? Por el dinero, me respondí a mí mismo. Supongo que Paul Verhoeven, que no tiene un pelo de tonto, habrá exprimido lo suficiente a los inversonres del otro lado del Atlántico como para volverse a los Países Bajos y rodar películas de verdad sin preocuparse de su rendimiento económico. No olvidemos que los holandeses son además de unos excelentes cultivadores de tulipanes, unos temibles bucaneros. “El libro negro” me parece soberbia, su mejor obra con diferencia y sólo tiene un “pero” (bueno, dos: el título es demasiado plano): por momentos resulta poco verosímil. Está inspirada en una autobiografía, pero eso no significa que todo cuanto se narra en ella sea cierto. Lástima, porque al final uno tiene un poco la sensación de haber visto las aventuras de la madre de James Bond. La protagonista, Carice Van Houten, es tan guapa y tan femenina que produce la atracción de los abismos y –dios bendiga a las actrices europeas- no tiene el menor reparo en posar desnuda.. El guión es muy inteligente, los movimientos de cámara son soberbios (y la fotografía, portentosa), la ambientación perfecta, la música ajustada, las interpretaciones de antología…

Al día siguiente me llevaron a la proyección de “Ocean’s… ¿fourteen?” y si no hubiese estado acompañado me habría largado a los quince minutos. Total, para ver lo mal que envejece Ellen Barkin y comparar mi propio envejecimiento (igual de calamitoso) con el de George Clooney o el de Brad Pitt (este hijoputa ha debido de firmar un pacto con el diablo) me quedo en casa investigando por internet. Qué película más aburrida y mala… Qué horror.

martes, 17 de julio de 2007

Ramin Jahanbegloo, presunto persa

El País, en su edición del día once, publica un artículo de un tal Ramin Jahanbegloo, iraní, y por supuesto musulmán, que sublima el recuerdo de la idílica Córdoba de las Tres Culturas, un país tan de ficción como Sildavia, donde musulmanes, judíos y cristianos en lugar de asesinarse entre sí, vivían en armoniosa simbiosis de la Srta. Pepis bajo la benevolente mirada del califa.

Nunca comprenderé la fascinación que ejerce sobre el musulmán medio el recuerdo de ese falso Al Andalus donde los moros tan refinados, tan indolentes y a la vez tan laboriosos, fueron derrotados por unos montañeses cristianos que no se lavaban, que no sabían hacer la o con un canuto, escasos de número, desunidos, idólatras de un falso dios.

El señor Jahanbegloo, que mejor haría lamentando la caída de los sasánidas ante los árabes, reconoce que existe una preocupación española y europea hacia lo que se percibe como una actitud de “reconquista” –reinvasión- musulmana y en su obcecación, o en la de su traductor, emplea el término “islamista” cuando los bienpensantes dicen “musulmán” para hacer diferencias... y ahí es a donde deseaba yo llegar: ambos términos quieren decir lo mismo.

Según él, Europa debe ser multicultural. ¿Y por qué no Irán? ¿Por qué no Arabia? ¿Dónde están los derechos de los cristianos bajo la tiranía de los saudíes? ¿Dónde están las mujeres libres de velo de Teherán o de Jartum? ¿Qué ha sido de la herencia cristiana en Anatolia o en Siria?¿Por qué Europa debe ser igualitaria? ¿Para que los inmigrantes musulmanes, muchos de ellos ilegales, exijan derechos con los que ni sueñan en sus paises de origen y nos los nieguen a los nativos cuando la demografía –se reproducen como conejos- les sea favorable?

El señor Jahanbegloo reconoce que en el pasado el Islam fue una fuente de tensiones para España. ¿No lo ha sido para su propio país? ¿O es que desciende de las hordas beduinas que derrotaron a Yazdagerd III en la batalla de Nihavand en 637 y no siente a los verdaderos iraníes como propios?. ¿Hay algunas garantía de que el Islam no vuelva a ser fuente de tensiones ahora que España está repleta de moros harapientos muchos de ellos volcados a la delincuencia, y todos comportándose como unos bárbaros? ¿Ahora, que Al Qaeda y su constelación de asesinos iluminados reclama la península Ibérica como si su dios se la hubiera prometido del modo en que Yahveh prometió Israel a los judíos?

El Islam debe integrarse en Europa para que supere el fundamentalismo islámico”, asegura. Eso es volcar la responsabilidad de su destino sobre los hombros europeos. ¿Dónde está la responsabilidad de los regímenes y de las sociedades musulmanas? Y si Europa decide que el Islam es inintegrable en nuestra sociedad y le pone cortapisas, ¿será responsable de que los ciudadanos musulmanes de esa constelación de dictaduras del Tercer Mundo sigan retrocediendo mientras sus vecinos progresan?

El señor Jahanbegloo elige lo que le interesa. Es lo mismo que hago yo. El se queda con los jardines de la Alhambra y con las técnicas agrícolas. Yo me quedo con las aceifas y con los almohades. Ambas posturas, la mía y la suya, son frívolas y discutibles. Pero la discutibilidad tiene un límite, y no se puede afirmar que España necesite “reescribir su historia” y quedarse tan fresco ¿Acaso los musulmanes no fueron unos invasores? ¿Consiguió la resistencia persa derrotar, aunque fuera al cabo de ocho siglos, a los invasores árabes y restablecer el culto de Zoroastro? A veces pienso que estas tonterías de los supuestos pensadores musulmanes contemporáneos más que encerrar el deseo inconfesable de una dominación planetaria –que es a lo que aspira el Islam- encierra una envidia más inconfesable todavía por el éxito militar de todos cuantos se libraron del yugo ideado por Mahoma
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lunes, 16 de julio de 2007

Nada más que la verdad

Los sanfermines han terminado. La ciudad vuelve a su calma habitual. Con suerte lloverá pronto, y podremos evitar los rincones donde ahora mismo se incuba la peste negra. Una única novedad frente a las fiestas de otros años: alguien ha tenido el valor de expresar publicamente su opinión “contraria” –contraria al borreguismo imperante, no contraria a los sanfermines-: Mikel Urmeneta, ese saqueador de la obra de Keith Haring, en las páginas de El País. “Los sanfermines son unas fiestas cutres” ha dicho y ha recalcado: “cutres”. Nunca pensé que viviría para leerlo.

Hay que acabar con

☼ Productos chinos de mala calidad. Compres lo que compres en un bazar chino, es de mala calidad. Y no suele ser tan barato como pueda parecer. Así que es doblemente caro, porque enseguida descubres que no sirve para lo que querías y sólo te has ahorrado unos céntimos. Descubres que ese rollo de cinta adhesiva no adhiere (además, sólo tiene siete metros), que ese plumero no quita el polvo sino que te carga de electricidad estática, que ese dentífrico no te protege los dientes sino que te hace escupir la lengua a trozos… Una civilización que ha inventado la tortura china, la comida china y los cuentos chinos no puede ser de fiar. Pero la gente tonta es numerosa como las arenas del desierto.

☼ La leyenda blanca anglosajona. ¿Por qué los guiris tienen tan buena prensa? No son necesariamente más altos ni más guapos ni más rubios ni están mejor educados ni son más inteligentes ni saben beber mejor ni golpean menos a sus esposas ni mean más lejos ni eyaculan más fuerte… y cuando toman el sol parecen gambas hervidas.

☼ Las hienas en manada. Ese especimen de ser humano que en solitario parece un huerfanito tuberculoso pero que se transforma en un psicópata cuando le acompañan otras personas cortadas por su mismo patrón.


Hay que apoyar a:

☼ La gente realmente bien educada, y en momentos no necesarios. La gente que te pide perdón aunque hayas estado a punto de atropellarla (con el semáforo a tu favor), por ejemplo.

☼ El comercio tradicional y la vida de barrio, aunque sea barrio bajo. Espero ansioso un real decreto que prohiba los centros comerciales en las afueras.

☼ La leyenda negra francesa. ¿Por qué la gente odia a los franceses? Un bearnés está mucho más cerca de un navarro –culturalmente, genéticamente, incluso idiomáticamente- que un gaditano (pongamos). De acuerdo, los normandos y los alsacianos son raros pero, ¿los ciudadanos de Pau o de Dax…?

jueves, 5 de julio de 2007

Otros jolgorios

Los sanfermines son absolutamente injustos con la gente de aquí, y sobretodo con la gente que vive en el centro de la ciudad o en sus aledaños. A mí me parecerían las mejores fiestas del mundo si se celebrasen en, pongamos por caso, Bilbao o Huesca. Vas, te desmadras y vuelves a la normalidad. O si se celebraran aquí pero la ciudad no quedara como si hubiese sufrido una invasión conjunta de vándalos y de hunos bajo el mando del general Guderian.

Realmente son las fiestas más democráticas y populares del mundo, y los pamploneses que se desplazan a otras fiestas de renombre con la esperanza de poder resarcirse, se llevan unos chascos que para qué.

Río de Janeiro: se imaginan a las mulatonas borrachas perdidas y bien palpables (como lo son aquí los mozos) con el copete de plumas y el tanga de lentejuelas descolocados, meando bajo las palmeras en amable competición y sin el menor recato. Pero resulta que las tías buenas son cuatro, van tan tapadas como es de esperar en un país de religión católica, participan en fiestas privadas, y a dos manzanas del sambódromo oficial –al que se accede pagando- no llega ni el ruido de la música.

Fallas de Valencia: esperan ver ninots ardiendo bajando por las cuestas de la ciudad en plan goitiberas, y la gente apartándose –borracha perdida- con gran riesgo físico para aquel que no lo consiga a tiempo. Pero resulta que la gracia de la fiesta consiste en recorrer la ciudad, nada monumental por cierto, a ver las fallas, que es como ir a ver escaparates de jugueterías con los niños ya crecidos, de punta en blanco y más sobrios que un ayatola.

Feria de Abril en Sevilla: las flamencas y los señoritos de a caballo, con un gracejo como el de los Morancos (pero en inteligible), y todo palmas y taconeos –borrachos perdidos-, cantando a grito pelao a las cinco de la madrugada y bien rebozados de vino fino para que ellas marquen su cuerpo de guitarra y ellos marquen lo que les apetezca (o puedan) marcar. Pero resulta que los señoritos son eso, señoritos y no se mezclan con el populacho, y las flamencas son unas pedorras y sólo marcan michelines, y el gracejo es una leyenda urbana, y los precios están por las nubes, y sólo puedes participar en la fiesta previa invitación –o soltando una pasta- y hace un calor horrible, como aquí, pero por las noches no refresca.

Carnaval de Venecia: la plaza de San Marcos hasta el culo de gente disfrazada achuchándose al ritmo de una sonata de Scarlatti interpretada por un combo de gitanos balcánicos a cien por hora, txoznas instaladas en los soportales del palacio de los duques y gente divertida tirándose en plancha a los canales. Pero resulta que toda la historia se celebra a puerta cerrada y que si no eres veneciano por los cuatro costados ni te miran, y que en realidad, el asunto de los disfraces lo inventó Federico Fellini. Y que si dejas caer un papel al suelo te clavan una multa alucinante.

Regresan a Pamplona y salvo que sean unos subnormales de esos autodenominados “castas” se ponen furiosos, muy furiosos o furibundos en función del grado de civismo que hayan apreciado en otras celebraciones populares de renombre universal.

martes, 3 de julio de 2007

Oveja que bala

En los últimos tiempos se ha puesto de moda lucir la pegatina de una ovejita en la parte trasera del coche. Yo pensaba que se trataba de un obsequio de alguna marca comercial porque no me cabe en la cabeza que nadie se gaste un céntimo en compartir un símbolo carente de significado con una multitud de iguales. Pues no. Se compran. En los mismos comercios donde antes vendían lauburus hasta que alguien les encontró una preocupante similitud con las svastikas nazis. Luego no carecen de significado, como creía yo y creen muchos navarros, votantes de UPN o de Comunión Carlista Tradicionalista y a quienes les daría un soponcio si supieran que esa ovejita consistente en un trazo nebuloso y cuatro patitas que parecen corcheas, representa con absoluta claridad la mayor tara consanguínea vasca: el borreguismo, propio de la gente que se enorgullece de descender del primer cro-magnon que se estableció en estas montañas y que, hablando un castellano digno de Góngora, considera al batua su “lengua materna”.

¿Por qué la gente aquí en el Norte (en el norte del sur de Europa, para entendernos) tiene ese terror a la independencia de juicio y al libre albedrío? Qué ridículas me parecen las cuadrillas de todo machos por un lado y de todo hembras por otro, que se mueven como homosexuales radicales partidarios de un apartheid social sin tonterías. Qué ridículo me parece el varón adulto que te confiesa con el orgullo de quien cree que la cantidad siempre es preferible a la calidad: “En nuestra cuadrilla somos 27 (o 44, o 56)”. Y tú comentas “Ah, ya, qué interesante. ¿Y cuántos son tus amigos?” y no te responde porque le has dejado con el culo al aire y notas cómo se pone a pensar, y te llega un eco de tuercas y émbolos oxidados mientras el tipo da un repaso a sus sentimientos y comprende que nunca se quedaría a solas con la mayor parte de los garrulos con quienes acude cada dos domingos al estadio de futbol para pillar una cogorza.