miércoles, 27 de febrero de 2008

Ayatola


Nerviosísimo las barbas mesas
Nerviosísimo de mí te alejas
temes que un pequeño tropezón
te conduzca sin tardanza al paredón

Ayatola, lindísimo ayatola
Será siempre mi alma tuya sola
Yo te quiero amado moro mío
Lo mismo que la trucha quiere al río

Ayatola, lindísimo ayatola
no seas tan ingrato y ámame
Ayatola, ayatola
Cómo puedes vivir con tantas trolas.

Piensa que acabarás entre rejas
Si no dejas de alarmarles con tus quejas
Ignora esta fea costumbre
Hazme vibrar al calor de la lumbre

Música: J.R. Lacalle
Letra: Guachi

domingo, 24 de febrero de 2008

La dama o el tigre

Con el fin de mejorar mi inglés de aeropuerto me lancé a leer en v.o. todo lo que había por casa y rescaté del cajón de los papelotes un cuento de Frank Stockton titulado “The lady or the tiger?” que es una joya del género y la obra maestra de su autor.

Un rey semibárbaro imparte justicia de una manera muy curiosa. Cuando la seriedad del caso reclama su presencia, reúne al pueblo en un circo y ofrece un juicio espectacular. El acusado entra en la arena, avanza hasta el palco real, saluda y abre una de las dos puertas que se hayan bajo éste. Si el azar determina su culpabilidad, la puerta que elija dará paso a un tigre. Si el azar determina su inocencia, dará paso a una doncella. En el primer caso el reo será devorado, y en el segundo e independientemente de cuáles sean sus deseos o su situación personal, desposado.

El rey semibárbaro tiene una hija a la que quiere por encima de todo y está, como él, dotada de un carácter de armas tomar. La hija se ve secretamente con el más apuesto y valeroso caballero de la corte. Cuando el rey descubre esta relación, condena al amante a elegir entre la dama y el tigre. Pero en consideración a su alcurnia le es preparada una ceremonia excepcional. Apartan el tigre más feroz de la casa de fieras del rey, y escogen a la doncella más hermosa y delicada de la corte.

La semibárbara princesa es la única persona capaz, por múltiples razones, de averiguar por qué puerta ha de salir el tigre y por qué puerta ha de salir la dama. Pero además, averigua qué tigre y qué dama han sido elegidos. Y aquí es donde la cosa se lía.

Cuando llega el día del juicio, el reo intuye que la princesa puede salvarle, y que se lo hará saber de alguna manera.

La princesa, aprovechando que toda la atención está puesta en su amante, hace un levísimo gesto con la mano y señala la segunda puerta, y el caballero se dirige hacia ella con paso resuelto.

Aquí acaba la acción del cuento, y sigue una pequeña reflexión. ¿Qué salió por la puerta abierta, la dama o el tigre?. Stockton nos sugiere la tortura de la princesa para tomar una decisión. Si el amante, del que nadie duda su culpabilidad, escoge la puerta del tigre, morirá devorado. Pero si escoge la puerta de la doncella, será desposado aun en contra de su voluntad. En cualquiera de los dos casos, la princesa lo pierde. Pero ella toma una decisión y la expresa sin titubeos.

No sé qué hacen los estudios Walt Disney masacrando “La Sirenita” y “La Bella y la Bestia” cuando la literatura estadounidense atesora estas maravillas.

El cuento tiene una continuación que a mí me gusta aún más y que se titula “The discourager of hesitancy” (el que desaconseja la vacilación, o algo así).

Transcurrido un tiempo, el eco del episodio anterior ha traspasado las fronteras del reino, y el monarca de un país vecino envía a cinco emisarios con el encargo de averiguar qué fue lo que ocurrió. Los emisarios se presentan en el palacio y expresan su propósito. Antes de hacerles pasar a la presencia del rey un alto oficial de la corte, que sabe cómo se las gasta el monarca, les cuenta otro sucedido.

Un príncipe extranjero, habiendo oído que el rey semibárbaro escoge como doncellas de la corte a las jóvenes más hermosas del país, acude con la idea de desposar a la más hermosa de todas. El rey monta en cólera, pero disimula y accede. Impone una condición: el príncipe no conocerá a la doncella elegida hasta después de la ceremonia. El príncipe da un respingo, pero la llegada de El que Desaconseja la Vacilación le ayuda a disimular su cólera. Este Desaconsejador es el verdugo de palacio, un individuo armado con un enorme alfanje que le acompañará adonde quiera que vaya, y que le aconsejará en todo momento obedecer sin pestañear las instrucciones del rey semibárbaro.

El enlace es preparado con toda la pompa. Llegado el día, el príncipe es conducido al salón del trono, donde espera la corte, y allí le es cubierta la cabeza con un pañuelo de seda, rasgada la tela de manera que el príncipe pueda respirar, hablar y escuchar, pero no ver.

A una orden del rey semibárbaro, las más extraordinarias damas de la corte se aproximan al príncipe y una de ellas le toma de la mano. El sacerdote que va a oficiar el matrimonio pregunta: “¿Aceptas a este hombre como esposo?” y ella responde: “Sí”. El príncipe y se extasía ante la caprichosa orden real, y se enamora al instante de la doncella.

Cuando la doncella declara su voluntad, aparta su mano y retrocede junto a las demás. El que Desaconseja la Vacilación descubre el rostro del príncipe. El rey le anuncia que la que va a ser su esposa está ahí, y que debe identificarla; si no se decide, o si escoge mal, el Desaconsejador de la Vacilación le cortará inmediatamente la cabeza. El príncipe, aterrado pero fingiéndose sereno, pasa ante la fila de doncellas y advierte que dos reaccionan contra su voluntad. Una sonríe apenas, y otra empalidece. El príncipe vacila, y el rey se enfurece y le urge. El príncipe, tras una serie de cavilaciones rapidísimas escoge a una en particular.

La narración regresa ahora a los emisarios. El oficial de la corte les previene contra la caprichosa imaginación del rey y les asegura que el príncipe escogió a la doncella correcta. “¿Y quién era?” preguntan, y el oficial les dice que si lo adivinan, les revelará cómo terminó el episodio de la dama y el tigre ahorrándoles la entrevista con el rey semibárbaro. Y Frank Stockton cierra el cuento con esta frase: “por lo que sabemos, los cinco emisarios aún no lo han adivinado”.

lunes, 18 de febrero de 2008

Sarriguren

Me gustaría tener una conversación con el responsable del plan urbanístico de Sarriguren, ecociudad “radicalmente posmoderna” de las cercanías de Pamplona por cuyas calles transito a diario, para transmitirle mis opiniones. Estoy seguro de que es algún arquitecto blandito con gafas a lo Isabel Coixet cuyos máximos sueños consisten en vivir dentro del set de “Mujeres Desesperadas” y en tener una chacha mexicana o guatemalteca que le prepare panqueques (lo que quiera que sean). Un tipo de esos que desayunan cereales y encasquetan a sus hijos una gorra con la visera ladeada cuando van al centro comercial. Un anticristo american way of life.

Llevo tiempo reprimiendo mis deseos de escribir una carta al director de los periódicos locales para denunciar sus despropósitos. Hay un bulevar central gigantesco, despejado, ideal para organizar carreras de galgos (e incluso de purasangres) y unos callejores laterales de sentido único que te obligan a dar un giro de un kilómetro (sin exagerar) para dar la vuelta. Y no quiero mencionar la rotonda de acceso a la urbanización, donde tienes que pisar el acelerador a tope y cerrar los ojos para entrar, y sobretodo para salir, esperando que quienes circulan por ella tengan mejores reflejos que tú y un comportamiento más timorato. Se están recogiendo firmas para reclamar una nueva rotonda que evite practicar giros prohibidos en dirección contraria para ahorrar ese kilómetro de más aunque la policía local y la guardia civil acechen ocultas en las bocacalles. Pero aunque el ayuntamiento del valle transija, la planta de Sarriguren seguirá sin tener solución (salvo como sustituto del polígono de tiro aéreo de las Bardenas). Los responsables de los tanatorios de la comarca ya se están frotando las manos.

Y las intalaciones deportivas públicas están diseñada por una fashion victim que en su vida ha hecho ni hará ejercicio físico.

Hay que acabar con:

La insistente línea editorial de El País empeñada en mostrarnos la nueva presencia del islam en España como algo deseable, inevitable e irreversible. Ayer publicó un artículo delirante que se podría resumir de la siguiente manera: los musulmanes (y sobretodo, las musulmanas) harán de España un paraíso con ríos de leche y miel, pasmo de la Al Andalus califal, a poco que nos convirtamos a su religión, circuncidemos nuestros prepucios y enviemos a nuestros perros al lazareto y nuestros cerdos al crematorio. Me entraron ganas de correr a la mezquita ilegal más cercana para ser puesto mirando a la Meca. Pero me pudo la pereza.

Hay que apoyar a:

Mi médico de cabecera. Es normal. Te habla en un lenguaje inteligible. Te trata como a una persona. Tiene sentido del humor. Te ofrece la baja aunque no se la pidas. Sale a recibir a los pacientes, y nos trata por nuestro nombre de pila.

domingo, 17 de febrero de 2008

Dos reflexiones sobre el eterno femenino.

Se ha liado una buena con la unificación de criterios para el tallaje de la ropa según parámetros racionales (como si la racionalidad y la moda tuvieran algo en común). Los diseñadores han dicho que por ellos las gordas se pueden vestir con un mantel y que la que no quepa que se joda, porque el mundo está lleno de transexuales que harán lo que sea para caber, de modo que clientela no va a faltarles. Las autoridades han propuesto sustituir el sistema tradicional conscientes de que los números resultan incómodos para las nuevas generaciones de consumidoras analfabetas producto de la Logse. Pero dudo que éstas sepan qué coño es un diávolo. De todas formas las autoridades se equivocan: la española cuando besa no tiene forma de cilindro, ni de reloj de arena, ni de ladrillo: tiene forma de pera. De pera limonera.

¿Por qué las mujeres odian trabajar con otras mujeres? Estoy harto de oirles comentar para el cuello de su camisa que prefieren mil veces trabajar con hombres porque ellas tienen peor convivencia y son más chinches y más cabronas. Qué bonito. Cuando yo digo que prefiero trabajar con hombres exactamente por las mismas razones entonces soy un machista y un cavernícola.

viernes, 15 de febrero de 2008

El festival de Eurovisión.

Hay que hacer algo para recuperar el interés que despertaba el festival de Eurovisión. Como supongo que es imposible que los países participantes manden a sus mejores cantantes, propongo una reconversión: reemplazar la música por el porno, lo que aseguraría a las depauperadas televisiones públicas una audiencia fabulosa, aunque siempre habría alguien que prefiriese el partido de fútbol (Manchuria-Yucatán) o la película (Titanic II: el ahogamiento) de la competencia.

Puedo imaginármelo perfectamente. Empieza el programa con un repaso a los componentes de la tertulia de votantes en los estudios de TVE. El inevitable psicólogo, el inevitable sociólogo, un comercial de artículos eróticos, una señora anónima que no se atreve a decir ni mú y una fresca del corazón incapaz de estarse callada, expresando deseos de éxito. “Pues a mí la pareja española de este año me parece muy buena y su videoclip es de mucha calidad”. Y haciendo quinielas. “Yo creo que España quedará seguro entre los cinco primeros puestos”. Y entonces el presentador –alguno de los telediarios, intentando sustituir su imagen seria por otra desenfadada, sin conseguirlo- se pondrá a desempolvar éxitos. “Jezabel ganó el festival en 1.976, y en 1.982 el Orfeón Donostiarra. En 1982, Lola Chinchilla quedó segunda pero fue la ganadora moral por la mamada que les hizo a los israelíes, que no se empalmaban”.

Ya más sueltos, expresan algunos comentarios irónicos acerca de los cardados de las albanesas o del escroto mal depilado del holandés y cuando empiezan a desbarrar, son interrumpidos por la famosa cortinilla de grato recuerdo y la melodía de Charpentier, y aparece una presentadora que huele a puta a mil kilómetros y un presentador churretoso con la bragueta mal abrochada, capaces de expresarse con fluidez en una docena de idiomas (nunca en castellano). “Wellcome to the 56th edition of the Eurovision Porn Contest! Greetings from Liubliana…!” « Bienvenus à la 56ème édition du Festival Pornographic d’Eurovision.. ! »

Diez interminables minutos de diplomacias y vistas turísticas hasta que por fin cambia el ritmo de la música de fondo y da inicio el concurso. “And now ladies and gentlemen the Belgians! Et maintenant, mesdames et messieurs, les Belges…!” y sale la pareja formada por Anne-Marie Boullabaise y Jean-François Lecongo y empiezan los mosqueos, porque Jean-François es negro como el betún y tiene un miembro viril que parece una anaconda muerta. Y eso no es justo.

Luego salen las otras representaciones. Dúos, tercetos, cuarteros. Solistas. Los ves y piensa (en algunos casos) “Qué mal follan. El año que viene me presento yo”. Y por fin, a altas horas de la madrugada, llegan las votaciones, que es lo verdaderamente interesante. Tú ya te has hecho un cuadro y has puntuado por tu cuenta: “Bielorrusia la mejor. Qué tetas. Austria también. Y Luxemburgo, como siempre, con unas tías muy abiertas”. Lamentas que sean artistas desconocidos, de tercera fila o debutantes, que Italia no mande a Rocco Sifredi y a Moana Pozzi sino a Tonino Esposito (un ex-seminarista pajillero) y a la nieta de la estanquera de Fellini (que tiene la regla), pero recuerdas a tiempo que lo importante es participar y construir entre todos una Europa más divertida.

Se devuelve la conexión a Madrid y los jurados españoles, cansados y ya enemistados unos con otros, comentan sus impresiones, se lanzan puyazos mordaces, y deciden el voto (que no coincide para nada con el tuyo): cinco puntos a los croatas, cuatro a los griegos, tres a los georgianos, dos a las islandesas y uno al andorrano. El coordinador intenta rebajar el tono valorando detalles anecdóticos como la firmeza de las nalgas de las checas o el miedo escénico de los lapones, y poniendo patrióticamente por las nubes a España que (tú lo sabes) no ha estado a la altura de las circunstancias.

Y entonces volvemos a Varsovia, y los presentadores empiezan a recibir las votaciones. La cámara enfoca a los artistas, que se agolpan en el backstage ante los monitores tomando Red Bull para recuperar energías o echando una cabezadita, totalmente agotados.

Polonia: “This is Warsaw. Ici c’est la Varsovie…” Y la polaca, con una dicción endiablada –sería capaz de declamar la Canción del Pirata en un remake de la escena clave de Garganta Profunda- suelta la retahila de votos y termina con un Spain one point. Espagne, un point que te arranca las primeras exclamaciones de indignación. Y saltas “¡Cómo, one point, si la chica ha bordado medio kamasutra!”. Y llega el turno de Francia : ”Royaume Uni, cinq points, Grèce, quatre points. Finlande trois points, Suède, deux points, Eslovaquie, un point ». Ahora ya das un brinco en el sofá y aúllas: "¡Cómo, los franceses no nos votan! ¡Pero si el año pasados NOSOTROS les dimos CINCO PUNTOS y eso que sus artistas eran Estefanía de Mónaco y los equilibristas del Circo Imperial de Pekín, cualquier cosa menos franceses…! "

Mientras despotricas se produce un error en la votación por culpa de los nervios, las prisas y la poliglosia, y la presentadora se equivoca y pide perdón en esperanto y se echa unas risas y se le escapa una teta que provoca más risas todavía. Y luego vota Inglaterra (Yunaitez Kindon, Ruayú Muní en la deplorable pronunciación del coordinador español) y te quedas helado. “Vale, un punto a España pero ¿cinco a Malta, cuatro a Turquía?”. Y haces unos cálculos de probabilidades que habrían asombrado a tus profesores de matemáticas “Si Portugal nos da cinco puntos y los ucranianos no votan a Dinamarca aún tendremos alguna posibilidad de empatar con El Líbano” y estableces unos condicionantes político-erótico-culturales que dejarían pasmado a un experto en relaciones internacionales: la unión de los pueblos ibéricos, la tradicional amistad hispano-alemana, la perfidia británica y todo eso. Y los jurados españoles se quedan atónitos, y el corresponsal en Liubliana tira de hemeroteca y dice que Inglaterra nunca ha dado más de cinco décimas a España en ninguna edición.

Finalmente la pareja española queda 34ª sólo por delante de El Vaticano. Y gana el trío irlandés (dos colegialas calientes y un hiperactivo bajito), que repite sin dificultades su performance entre lágrimas de emoción, ramos de flores y flashes.

Supongo que el festival de la OTI lo ganaría siempre Brasil.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Intolerancia musulmana

A veces hay que ponerse muy serio para defender el sentido del humor. Quiero expresar mi absoluta solidaridad con Kart Westergaard, santo varón, dibujante del Jyllands-Posten danés, amenazado de muerte por haber caricaturizado a Mahoma, personaje histórico antipático como pocos, profeta de una religión delirante que adora a un meteorito. Ayer las autoridades danesas detuvieron a cuatro musulmanes que planeaban asesinarle. Ojalá los metan en una cárcel mugrienta de estilo marroquí e incluyan la carne de cerdo hasta en los postres. Hijoputas.

“El islam es una religión de paz, y si lo cuestionas te mataremos”. Esa es la cantilena que repiten los musulmanes “extremistas”, que respaldan los musulmanes “moderados”, y que empapa las bragas de los europeos multiculturalistas blanditos como José Luis Rodríguez Zapatero.

martes, 12 de febrero de 2008

El rey

Ya sé que ser monárquico no está de moda. Ni siquiera está bien considerado, sobretodo por los que confunden el boato a la antigua y los linajes aristocráticos con la idea de la monarquía europea: los lectores de revistas del corazón que se saben de memoria la vida del último rey de Kabardino-Balkaria y se columpian con la habilidad de un mono por el árbol genealógico de las siete ramas espurias de los archiduques de Pomerelia. Pero yo no leo ese tipo de revistas, nunca he visto un programa de cotilleos en la tele y no mezclo las churras con las merinas (el republicanismo con el progresismo, por ejemplo).

La gente no para de decir que los políticos son esto y lo otro: su descrédito no puede ser mayor. ¿Y ahora quieren quitar al rey para poner en su lugar a un político? Un rey es mucho más de fiar que un presidente de república; y sale por un precio parecido, así que la teoría del ahorro presupuestario no me convence.

Un rey no debe ser partidista, y busca el bien del país por encima de los intereses mezquinos de los partidos políticos, cosa que no puede hacer el presidente de la república por razones obvias. Si el presidente pertenece a la oposición y el primer ministro, evidentemente, al partido en el gobierno, problema. Si ambos pertenecen al partido del gobierno, es como para echarse a temblar.

La igualdad no existe. ¿El rey está por encima del pueblo? Bueno, ¿y qué?. Un juez está por encima del pueblo, un notario está por encima del pueblo, Carla Bruni está por encima del pueblo, Pilar Bardem está por encima del pueblo, y nadie se rasga las vestiduras. No nacemos iguales, no vivimos iguales, no morimos iguales. Que en una nación hubiera una única persona constitucionalmente por encima de las demás, no me parecería un escándalo.

El rey nos une a nuestro pasado. Es lo que nos diferencia, entre otras cosas, de los países de colonización sin historia ni tradiciones. Y casi sin cultura. Es una garantía contra la americanización de las sociedades europeas.

Los seres humanos necesitamos algo de romanticismo en nuestras vidas. ¿Quién no ha soñado con su príncipe azul o su princesa durmiente, aunque luego haya tenido que conformarse con un sapo verde o con una bruja aquejada de insomnio? ¿Quién ha soñado de niño con ser el presidente de una república? Si las monarquías están obsoletas también lo están el matrimonio por amor, toda la literatura de ficción, el arte, el sentimentalismo, los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez, los sorteos de lotería …

La monarquía constitucional es propia de los países más agradables y más civilizados del planeta: España, Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Liechtenstein, Andorra, El Vaticano... Vale, hay otros como Finlandia, Francia, Alemania que son repúblicas donde tampoco se vive mal. Pero les falta algo.

lunes, 11 de febrero de 2008

Begoña Zurriola (1.950-2.008), artista vasca.

Más conocida como “la gorda de los Heno de Pravia”. (María Begoña Zurriola Zorrocloco, Irun 1.950) ha muerto víctima de la dieta de la alcaparra del Dr. Moreau. Begoña era la quinta hija de un arrantzale y de una pescatera aficionados a la revista radical vasca (llegaron a actuar, ella como segunda vedette y él como garçon, en “Desde Santurtzi a Bilbo”, del maestro Usandizaga). El matrimonio tuvo once hijas, de las cuales sólo Begoña y su hermana menor, Goretti, demostraron aptitudes para el espectáculo. Begoña siempre será recordada por su cálida voz de soprano. Goretti será más bien recordada por la longitud de sus trenzas y por el dobladillo descosido que lució en el Festival de la OTI de 1.978

Begoña empezó a cantar en el coro de la parroquia, donde conoció a los gemelos Betigoiti, que ejercían de monaguillos y tocaban la trikitrixa en entierros y funerales, y formó con ellos el trío Los Zazpi (originalmente la formación era de siete miembros, pero después del primer ensayo hubo una pelea)

Agotadas las posibilidades de aquel proyecto, Begoña se sumó a la nueva aventura de los Betigoiti, el grupo Heno de Pravia, en el que participaban también su hermana Goretti –coros-, el Fary -guitarra wah wah- y Xabier Arzallus –órgano Hammond-. Tras una gira como teloneros del Orfeón Donostiarra, Begoña dio un golpe interno y forzó la expulsión de todos elementos extraños, quedando el grupo reducido a un núcleo familiar: los hermanos Betigoiti, las Zurriola y Florentino Carcamales -acordeón-, primo de los primeros y cuñado de las segundas.

Los Heno de Pravia (HdeP) tuvieron mucho éxito con su chocante mezcla de polifonías tradicionales y experimentación acústica (sobretodo al enchufar los amplificadores). Fueron los reyes indiscutibles del circuito de las sidrerías (suyo es el clásico “Estoy bebiendo algo inquietante”) y lo fueron también del de las wiskerías, donde su estilo sufrió alguna transformación.

Waldo de los Ríos se encargó de la producción, y su elegante toque jazzístico les permitió tocar en escenarios de todo el mundo, desde la sala Olympia de París al Mesón de la Cucaracha de Tijuana. Sus distinguidas armonías vocales y las letras románticas, expresadas en varias lenguas eran del gusto de los públicos más diversos. Begoña cantaba hasta en doce idiomas, incluido el vascuence, sin tener la menor idea, con una perfección asombro de filólogos, pero durante las entrevistas fingía afonías repentinas y absolutas para no delatar su impostura. Goretti, por su parte, aprendió sánscrito por el Método Assimil, pero los hermanos Betigoiti nunca le permitieron poner letra a ninguna de sus canciones.

Aunque lo negaran hasta la histeria, HdeP eran considerados artistas oficiales del régimen (Begoña seguiría siéndolo, en sentido figurado, durante toda su vida). Cantaron en la puesta de largo de Pocholo Martínez Bordiú. Participaron en la montería en la que el marqués de Villaverde le soltó una perdigonada accidental a Juan Domingo Perón... Incluso buscaron con Manuel Fraga la bomba de Palomares, causando tremendo impacto mediático. Eran también frecuentes sus actuaciones a puerta privada para la Hermandad Hispano Prusiana de Torremolinos y no faltaban a ninguna fiesta de cumpleaños de Imelda Marcos.

La primera crisis insalvable de HdeP se produjo cuando contrataron los servicios de Teófilo Escuona, cocinero y músico de refuerzo. Las hermanas Zurriola se sintieron inmediatamente cautivadas por él

Begoña siempre tuvo problemas de peso. No podía soportar que su hermana aprovechara las giras para degustar la gastronomía local sin engordar un gramo mientras ella permanecía en la habitación del hotel comiendo corn flakes de celulosa.

En 1.972 Goretti fue expulsada Heno de Pravia por flaca. Teófilo se fue tras ella y ese mismo año, formando un dúo, ganaron el festival de la canción folk de Calcuta con “Pachuli” y desalojaron a ABBA del número uno de las listas del Rajastán. El inesperado éxito internacional de Goretti fue el detonante de la bulimia de Begoña, y de su obsesión por superar a su hermana. Heno de Pravia participó en el festival de Eurovisión de 1.973 con “Tú no puedes abarcarme” que ganó el primer premio y fue un hit en toda Europa, y conoció muchas versiones, siendo las más celebradas las de Mama Cass, Demis Roussos y Luciano Pavarotti (a dúo con Charles Aznavour)

El éxito les catapultó a la fama, pero los HdeP no supieron aprovecharlo y cometieron deslices como anular giras para regresar a Guipuzcoa a tiempo de la matanza del cerdo o aceptar 25.000 pares de zapatos que Imelda Marcos les ofreció cuando tuvo que huir al exilio.

Los HdP poco a poco fueron dejando el grupo para dedicarse a otras ocupaciones ajenas al mundo de la música. Salvo Begoña, que inició una breve pero intensa carrera en solitario. “Panceta de antaño”. “You killed the lamb I’ve eated”. “Mi Concha querida” (escándalo en varios países sudamericanos). “Brochette d’amour” (con una letra de Serge Gainsbourg que agravó la anorexia de Jane Birkin) o “Uxo oso goxo da”, el single en euskera más vendido de la historia de Gran Bretaña, fueron temas destacados.

Finalmente Begoña se dedicó a la especulacion inmobiliaria en la costa vasca, aunque siguió apareciendo intermitentemente en los programas de debate político de la ETB, defendiendo posturas progresistas. Begoña se casó en 1.985 con Knut Christensen, vicelehendakari. Begoña era madre del terrorista Sabin Kristensen (a) “Vikingo”, que cumple una condena de 5.000 años en la cárcel del Dueso.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Cine francés

El sábado vi en casa una peli de François Ozon, director francés que no me gusta demasiado pero que me atrae visualmente. Sus películas son fastuosas, con una fotografía magnífica y unos encuadres soberbios: algo aberrante en la cinematografía francesa. Lástima que lo que cuente, o no me interese o me decepcione. La que comento me decepcionó, porque a priori parecía de lo más interesante: un joven disoluto al que se le diagnostica un cáncer en fase terminal, se enfrenta a la idea de la muerte, y cae en la cuenta de que su vida ha sido totalmente vacía, y corre a los brazos de su abuela (un vejestorio muy cascado) para intercambiar pareceres, ya que a ella le queda también poco (aunque no tan poco).

Bueno, pues tan estupendo argumento se lo carga Ozon poniéndose a la altura de la vacuidad de su protagonista. Eso sí, una imágenes preciosas.

El domingo vi “De latir, mi corazón se ha parado”. De Jacques Audiard. En las antípodas de la comentada arriba: unas imágenes en plan Dogma, una fotografía de ocres y grises de ínfima calidad y un montaje como de videoclip de rapero sin medios económicos. Pero la historia, ah…

La historia es relativamente sencilla: un mozo muy bruto sin aparente oficio ni beneficio se encarga del desalojo de inquilinos indeseables por cuenta de su padre, un mafiosillo del sector inmobiliario. La única oportunidad para salir de ese mundo (que no le disgusta del todo) es una audición que tiene fijada con el antiguo agente de su madre (que era pianista). El mozo resulta no ser ni tan bruto, ni tan carente de beneficio. Se prepara por su cuenta con ayuda de una virtuosa china recién llegada a París e intenta compaginar sus prácticas pianísticas con sus obligaciones matoniles.

Y ya está. Nada especialmente trascendental, pero hay más de lo que se muestra: la frustración, el deseo, el amor filial, el amor erótico, el amor sentimental, el afán de superación, la inercia, la fascinación por el arte, la fascinación por la violencia, las segundas oportunidades en la vida, la inmigración ilegal, el problema de la vivienda… y muchos otros. Unos intérpretes estupendos, y un guión excelente. Lo más llamativo de todo es que se trata de la versión francesa… de una película estadounidense.

lunes, 4 de febrero de 2008

Martha Mendy (1.942 – 2.008), artista navarra

La hace tiempo olvidada Martha Mendy (Marta Emilia Nicolasa Aguirregomezcorta Hartazgo de Mendiluce, Pamplona 1.942) falleció ayer en la clínica Universitaria de Navarra cuando le fue presentada la factura del tratamiento de juanetes que le había recomendado su confesor del Opus Dei.

Hija de un esforzado repartidor de butano y de una ama de casa patológicamente celosa, Martha creció en un ambiente de exaltada religiosidad e histeria permanente, y en su niñez presentó las llagas de la Pasión y sufrió trances místicos.

Empezó a tocar la guitarra instruida por Sabicas, amigo de la familia, y demostró poseer unas habilidades naturales extraordinarias. Siendo todavía adolescente obtuvo una beca para recibir clases magistrales de Andrés Segovia y siguió su preparación con Stravinski, Stockhausen y Mario del Monaco (Martha poseía una voz hermosísima de cinco octavas y media).

Empezó a interpretar sus composiciones propias y a poner música (a veces también letra) a poemas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Avila. Pronto llamaron la atención sus habilidades (es la única persona que hasta la fecha haya conseguido silbar entera “La Consagración de la Primavera” sin provocar la desbandada de su público) y el circuito de los seminarios y los centros parroquiales se le quedó corto, pasando a actuar en colegios mayores y merendolas de niñas acomodadas. Fichó por Grabaciones de la Dolorosa, compañía propiedad de la Conferencia Episcopal, cuyos productores le obligaron a deslucir su manera de tocar la guitarra y rebajar la potencia de sus trinos buscando un sonido más comercial. Algunas canciones de Martha como “Lo siento profundamente dentro de mí” y sobretodo “Sigo intacta” provocaron críticas de los sectores más conservadores de los Cuarenta Principales, que hacían una lecturas retorcidas de los oh y los ah de sus coros.

Fue en Francia donde Martha desarrolló la parte más interesante de su carrera. Allí se casaría con el promotor de espectáculos Jean Marc Touché, tal vez el único ex-seminarista del país galo que realmente iba para cura. A caballo entre Francia y España, Martha grabó una serie de singles pop muy coreados en excursiones y sobremesas, y actuó regularmente en televisión. Pero obtuvo sus mayores éxitos componiendo para otros artistas. “Canalla, apriétame” que interpretaron entre otras Encarnita Polo y Luis Aguilé o “Por ti me las quito (las gafas)”, célebre en la versión de Los Tres Sudamericanos son algunas de sus canciones más exitosas. “Femme enculée sous la pluie” le catapultó a lo más alto de las listas europeas en la voz de Nana Mouskouri

En 1.973 Martha conoció al productor Rudy de la Raspa, futuro descubridor de los Gipsy Kings, con quien mantuvo relaciones adulterinas durante una década. Rudy fortaleció el sonido de sus directos, arropó con un muro de sonido sus grabaciones, y aligeró su vestimenta a la vez que aumentaba el volumen de sus cardados.

Martha protagonizó algunas películas musicales muy populares en la época (“A las diez en casa”, con los Panchos y “Soy una chica ye-yé, pero decente” con los Pequeniques) concebidas para su lucimiento. Quedó tercera en el festival de la OTI de 1.973 con “Nosotros no matamos a los indios patagones”, canción-protesta que provocó la llamada a consultas del embajador español en Argentina. Y en 1.981 participó con “Monaguillo enamorado de la luna”, de evidente ramalazo cañí, en el Festival de San Remo, donde quedó última.

Los errores de promoción, más que las maternidades encadenadas, echaron a perder su carrera. Espectáculos en el altiplano andino y en las selvas del Congo, su calamitosa participación en Woodstock y una pelea con Paloma Gómez Borrero en el avión papal cambiaron su carácter y sus prioridades. Martha, perdido el interés del público, se retiró a una ermita en la sierra de la Demanda. En 1.996 inició una fugaz carrera política y fue cabeza del partido Autenticidad Agrícola pero sólo obtuvo doce votos. En 1.998, Martha regresó a Pamplona, donde ha vivido sin pisar la calle (principalmente por su problema de juanetes) sin más compañía que un periquito, hasta su inesperado fallecimiento.

sábado, 2 de febrero de 2008

Maribel de Jabugo (1.932 - 2.008), artista española

La legendaria Maribel de Jabugo (en realidad: Adolfa Rucio Membrillo, Villachotos del Páramo, 1.932) ha fallecido esta noche en su chalet de Somosaguas, donde se recuperaba de una crisis cardíaca agravada por su adicción al cocido madrileño. Hija de un catedrático de Derecho Canónico represaliado por la Segunda República y exiliado en la URSS y de una de las primeras licenciadas en Periodismo de nuestro país, Maribel ya desde pequeña despuntó por salerosa en las frías orillas del Neva, donde su emprendedora madre regentaba una estafeta de denuncias anónimas que causó furor entre las élites del socialismo soviético.

Amnistiados el padre por las autoridades franquistas, la familia regresó a Madrid y Maribel empezó a tomar parte en concursos radiofónicos como “Petardas de España”, donde se hizo muy popular por su precocidad sexual y sus dificultades para memorizar las letras de las canciones.

Ignaci Moix: “La peor vicetiple infantil de la historia, y con las rodillas como melones de tanto arrodillarse. Y no precisamente ante el Señor

Pronto fue invitada a bailar en tablaos, etapa breve por problemas de convivencia con otras artistas (es legendaria la pelea a castañuelazos entre Maribel y Lola Flores) que terminó cuando Maribel ingresó en la compañía de baile sicalíptico del filipino Antoñito Capacapang.

Durante una gira por Italia Maribel llamó la atención del productor Ferdinando Filiputi, que se la llevó a Roma con la promesa de hacer de ella una estrella en Cinecittà, pero la incapacidad de Maribel para cocinar pasta al dente, además de cierto tropiezo con la Ndrangheta le animaron a regresar a España para abrirse camino en la modesta cinematografía de la posguerra, alternando los rodajes con el teatro de variedades donde expresaba su querencia por el baile, el cante y el descorche.

Aprovechando su popularidad probó fortuna como cantante lírica llegando a protagonizar zarzuelas verdes como “A mi burro le duele la cabeza” o “La monja frescachona”. Después saltó a la fama con “Arrastrada por tu amor”, radionovela que sus improvisaciones sobre la marcha convirtieron en un monumento al absurdo cuyos guiones se estudian en todas las academias de interpretación del mundo.

Roberto de Cala: “Maribel de Jabugo era al bel canto lo que Uri Geller a la ferretería

En 1.953 gracias a los contactos de Filiputi emprendió una breve aventura en Hollywood. Su aspecto desvergonzado y su insistencia le proporcionaron el papel de esquimala calentorra en “Greenland whore”, el de prostituta mexicana en “The last coyotero” y el de india vengativa en “Manitou’s breath”. Las portadas de Fotogramas que la mostraban del brazo de los más apuestos galanes de serie B marcaron una época.

Maribel llegó a presentar en Las Vegas su espectáculo “Jelou güelcon ebribodi”, que cosechó un enorme éxito entre los espaldas mojadas que limpiaban los ceniceros de los casinos. Aunque hablaba inglés en público como una palurda, en la intimidad se expresaba con la prosopopeya de un filólogo de Oxford. Maribel estaba dotada de una gran inteligencia como demostró, por ejemplo, con su facilidad para los idiomas (era capaz de recitar "La Gaviota" de Chejov en ruso, pero también en chino), y quienes la conocieron aseguran que habría hecho grandes cosas en campo de la Física, a la que era muy aficionada, si la ninfomanía y el amor a dar la nota no hubieran marcado su existencia.

Durante los años sesenta fueron frecuentes sus giras por las Américas (del Centro y del Sur), donde según Avelino Mantecas, su biógrafo autorizado, era muy apreciada. Las malas lenguas aseguran que en realidad ejercía la prostitución fina como tantas otras folclóricas de la época y que incluso llegó a rodar el primer cortometraje erótico del cine mexicano: “Fuego en las bragas”, donde daba réplica a una precoz Vanessa del Río y que los aficionados al porno tienen por una de las filmaciones más interesantes del underground lesbo-destroyer de todos los tiempos.

Iñaki Mariñas: “Le apodaban La Chancleta, porque cuando caminaba sin bragas sus genitales hacían flop-flop-flop…”

El momento álgido de su carrera coincidió con la época del destape, protagonizando filmes infames que aunaban el desnudo gratuito y el humor más grueso, y cuyos interludios musicales eran sustituidos por escenas hard en sus versiones destinadas al extranjero.

Marina Torres:Concidí con ella en Beirut en 1.978. Hacía strip tease en una sala de fiestas llamada Alfombra. Estaba muy jamona y volvía locos a los beduinos.”

Maribel de Jabugo nunca contrajo matrimonio por un rito legal (su boda gitana con Mascarón de Sanlúcar no tenía validez fuera de Sevilla). Pero en los últimos tiempos estuvo acompañada por el preparador físico cubano Ignacio Zopilote, treinta años más joven que ella, con el que se la veía muy feliz.

Pablo Almodóvar: “Maribel hizo una prueba para Taller para Amantes de lo Prohibido, pero no le dimos el papel por problemas de fechas. Como actriz era muy mala, pero tenía su aquél.”

Tras dejar el mundo del espectáculo, Maribel sufrió una metamorfosis y predicó la castidad y el aburrimiento. Está previsto que su cadáver sea inhumado con el hábito de las arrepentidas de Santa María Egipcíaca y que sus bienes sean repartidos entre los pobres.