jueves, 26 de abril de 2007

Limbo

La iglesia católica ha declarado que el Limbo no existe y que las almas antaño destinadas a él hogaño van al Cielo. No lo entiendo. ¿Dios obedece los dictados de la iglesia?.

Tampoco entiendo eso de canonizar a la gente. Es dios quien decide si una persona muere santa o no. Dudo que José María Escrivá de Balaguer esté en el Cielo por mucho que el Papa Woytila perdiera el culo para elevarlo a los altares. Donde sí me lo imagino en el Purgatorio y sin fecha de salida por, entre otros pecados, el de simonía y el de soberbia. No estará en el Infirerno porque nadie merece la condenación eterna salvo los asesinos (como ese subnormal coreano que ha matado a 32 personas en un campus estadounidense), aunque quien sabe...

Bueno, curiosamente, la idea que tengo yo del Más Allá casa a la perfección con la idea del Limbo. Y ahora me dicen que no existe...

Lo más preocupante del caso es que antes del siglo no sé cuál (creo que el XIII), según los doctores de la iglesia, los neonatos muertos sin bautizar caían directamente en las calderas de Pedro Botero. Hala. Fijate, los que mueran del siglo XXI en adelante, subirán como cohetes al Cielo para sentarse en una trona a la derecha del Padre. ¿Quién compensa ahora la angustia de aquellos padres medievales que, además de perder un hijo absolutamente inocente –incluso del pecado original, porque qué culpa tenemos nosotros de lo que hicieran Adán y Eva en el Cretácico- lo sabían condenado a las llamas del infierno? Es como para desenterrar las momias de todos los papas del siglo XIII hacia atrás y quemarlas en una pira.

Qué hijoputas.

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