domingo, 29 de abril de 2007

Nuestra juventud en manos de un imbécil

El director del instituto de Estella, a propósito de las alumnas musulmanas fanáticas que empiezan a exigir un supuesto derecho a asistir a clase con la cabeza tapada por un pañuelo, ha soltado la siguiente perla sociológica en la edición del Diario de Navarra de ayer:

“Tenemos que respetar todas las culturas y esperar que el que venga se adapte si lo considera oportuno

Por regla general, en los centros educativos navarros (al menos en los públicos) no se permiten los símbolos ostentosos de la religión ni se consiente que los alumnos acudan con la cabeza cubierta, para desdicha de ecuatorianos y bolivianos, que parece que se la pegan con Loctite en cuanto les cortan el cordón umbilical.

Si cubrirse la cabeza fuera verdaderamente un artículo de fe, los moros también irían velados, y no sólo las moras. Y aun así no tendríamos por qué aceptarlo.

La frase del director del Instituto no es más que una invitación a que se nos magrebice o se nos andinice con la excusa de la multiculturalidad.

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