miércoles, 5 de septiembre de 2007

Colaboradoras sexuales remuneradas

Encuentro nauseabundo el empeño de ciertas personas políticamente correctas para normalizar el “trabajo” de las antes putas, hoy “colaboradoras sexuales remuneradas” (o algo así). Lo más sorprendente es que muchas de estas moralistas posmodernas sean mujeres. Abogadas, sociólogas, psicólogas y orientadoras escolares que antes de abrirse de piernas ante un cliente preferirían pedir limosna a la puerta de una iglesia. Hipócritas. Deberían ser solidarias vaginal y no sólo oralmente (y de boquilla).

Si yo fuera mujer y trabajadora de verdad pondría el grito en el cielo. Una cosa es respetar a las putas como personas, pero ¿como “productoras”…? Y eso de que la mayoría de extranjeras vienen aquí engañadas es mentira cochina. ¿Cuántas canadienses, noruegas o luxemburguesas hay en España haciendo la calle? Ninguna. Todas vienen del tercer mundo (o del cuarto) porque en un día sacan aquí lo que en su país en seis meses, y sin especial cualificación.

No digo que no haya malos tratos e incluso situaciones de esclavitud, pero muchas denuncias son cara a la galería, o para salvaguardar la autoestima. Y de acuerdo con que es un problema que la sociedad “debe” solucionar. Pero nunca se llega al meollo del asunto: a las mujeres no les gusta el sexo (que si les gustara, no habría ni una puta ni media)

La prostitución degrada al cliente y a la puta. Transforma una forma de conocimiento íntimo divertida para ambas partes en algo sucio, valorable en dinero o especies.

Todo el mundo tiene su nicho ecológico. Yo no puedo ligar con Cameron Díaz. Pero tampoco puedo pagarle un polvo, que ya me gustaría porque además de estar muy buena parece divertidísima. El mundillo de productores y directores de reparto de Hollywood no es mi nicho ecológico. Mi nicho ecológico es el de los pajilleros de la tercera fila de butacas de los teatros de varietés. Yo puedo ligarme a Dolores Montevenus, comerrabos del Teatro Chino de Manolita Chen, y sin soltar un duro. Entonces, ¿por qué pagar?

Es mucho más satisfactoria una conquista trabajada. Acostarse con alguien porque le gustas y te gusta a ti aumenta la autoestima. Pagarle un polvo a Miss Guapa con Gafas 1985 puede hundirte en la miseria.

Las mujeres tienen que comprender que follar es bueno para la salud y que la caridad bien entendida empieza por una misma. Si la prostitución fuera abolida, las chicas que van vestidas como putas podrían seguir vistiéndose así sin que se indignara nadie.

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