martes, 25 de septiembre de 2007

Richard Gere, txapeldun

Díos mío, qué bajo ha caído el Festival de Cine de San Sebastiáni. Le han concedido un premio a Richard Gere. Uno de los peores actores de la historia. Eso sí, bonito el pelo, deslumbrante la sonrisa, envidiable la percha.

La pasada semana vi el dvd de “Días de cielo”, una película de Terrence Malick de la que guardaba buen recuerdo. Ganó un oscar por la fotografía y no me sorprende (se merecía alguno más). Está rodada prácticamente durante los crepúsculos; tuvo que ser exasperante. Ambientada en los años diez del siglo pasado, describe un triángulo amoroso en una enorme granja perdida en mitad de las llanuras de uno de esos estados cuadrangulares de Norteamérica. ¿Por qué artisticamente interesarán tanto los triángulos y las infidelidades y esas cosas? Fíjate, por una vez la geometría, la geografía y el amor tienen algo en común.

Bueno, en Ddc se describen labores agrícolas, se retrata el paisaje, se muestra el comportamiento de los animales salvajes y domésticos que se mueven por ahí, se recrean yo creo que hasta olfativamente las vestimentas, se alternan las estaciones… todo engalanado con una banda sonora (en sentido literal) fastuosa y con una música tan bonita que a veces te hace olvidar las imágenes que estás viendo. Vamos, lo mismo que hizo Bertolucci con “Novecento” pero sin carga política.

Todo sublime, excepto los intérpretes. Richard Gere de protagonista. A quién se le ocurrió contratar a Richard Gere. Y Sam Shepard… Qué pareja de bellos sin alma. A veces parece que estés viendo un plublireportaje para la temporada primavera/verano de Cortefiel de 1978. Curiosamente las actrices (Brooke Adams, Linda Manz) son bastante feotas, pero saben actuar. Si Malick hubiese escogido a tipos más duros o simplemente a actores verdaderos, los críticos despiadados no habrían dicho que sólo sirvía para filmar pasteladas. A consecuencia de los varapalos recibidos, se tiró como 25 años o así en un sanatorio mental hasta rodar su siguiente película: “La delgada línea roja”.

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