martes, 11 de septiembre de 2007

"Matar a Bill"

El otro día, la Televisión del Estado Español ofreció “Kill Bill”, de Quentin Tarantino, así que las vi nuevamente, y me reiteré en la opinión que me formé la primera vez: un montador con dos cojones debería haber quitado muchas cosas de la segunda parte, la más floja, especialmente el absurdo episodio del adiestramiento de Uma Thurman en China y el interludio aún más absurdo en un putiferio mexicano, por no hablar del poco inspirado discursito de David Carradine acerca de los superhéroes. Nos habría ahorrado una hora de metraje. Eliminando un par de tonterías de la primera parte, que es mejor, (la matanza de los esbirros de Lucy Liu, especialmente) y juntando ambas, habría quedado una estupenda única película. Quentin Tarantino adora los tiempos muertos, y los resuelve muy mal.

Hay que acabar con:

La novelística británica contemporánea. Estoy leyendo ahora una novela inglesa. Mala. Prosa de teletipo. No me gustan los escritores ingleses. Viven en un mundo irreal. En la tercera página ya aparecía una lady No-sé-qué, y en la cuarta los protagonistas estaban hablando de sus escuelas privadas superelitistas. Supongo que antes de terminar el primer capítulo habrá salido un vicario
anglicano comiendo pastel de ruibarbo… Y está ambientada en los años 90 (del siglo XX)…

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