sábado, 8 de septiembre de 2007

"Defixiones"

He estado escuchando atentamente “Defixiones” de Diamanda Galás, álbum doble en memoria del exterminio de los cristianos de Anatolia a manos de esos turcos ahora tan tolerantes y tan seculares que pretenden entrar en la Unión Europea.

Diamanda Galás es una cantautora terrorífica; o sea, que pega gritos e invoca al diablo y toca el harmonio. No se peina. Tiene una voz de cuatro octavas y media, pero canta mal. Yo al principio creía que el rollo satanista era en plan “Simpathy for de devil” de los Stones: una pose. Hasta que escuché el disco que grabó con John Paul Jones, de Led Zeppelin (“The sporting life”).

Recordareis que los Zeppelines alardeaban de ser satanistas y patatín, patatán, pero nadie les tomaba en serio. Y como el bajista (JPJ) nunca decía esta boca es mía, pues yo convencido de que todo se trataba de una baladronada. Y no.

El disco de Galás/Jones (a parte de ser soberbio) es lo que Marilyn Manson querría producir y no se atreve a concretar (entre otras cosas porque no tiene ni huevos ni talento). Y –lo malo de las mujeres- cuando yo me había formado una idea concreta sobre el fondo ideológico de la Galás, va y sale con este disco cristianísimo, inspirado en la liturgia ortodoxa, cantado en un montón de lenguas (inglés, griego, armenio, arameo, alemán y español) al que sólo le falta el nihil obstat de la censura eclesiástica.


Hay que apoyar a:

La cuadrilla de peones de la construcción con la que me cruzo cada mañana cuando voy a trabajar. Son extranjeros del tipo rubio suculento y probablemente, licenciados en algo. Me llaman la atención porque, a diferencia de tantas otras cuadrillas de magrebíes o rumanos cetrinos y cejijuntos de esos que meten miedo a un exorcista porque van de negro-gris-marrón de los pies a la cabeza y sin afeitar, estos van recién duchados y afeitados, con camisetas anaranjadas o azul cielo y pantalones amarillos o blancos, como si hubieran salido a comprar tablas de surf. No sé qué tal trabajarán, pero seguro que animan mucho el andamio

Hay que acabar con:

El monoteísmo.
Cada día me convecen menos las dos grandes religiones monoteistas: el judaismo y el islam. Dios es múltiple (en el caso de que exista). Yo creo que el hinduismo (qué decir del chamanismo siberiano) está mucho más cerca de la verdad. Y como el cristianismo en realidad es politeista (dentro de un orden) (como bien saben los rabinos ultraortodoxos y los ayatolas más conservadores) me parece preferible a otras religiones reveladas de todos conocidas. Claro que lo mejor es la teoría gnóstica de cielos superpuestos, cada uno con un dios menor que sirve de mediador-obstaculizador entre el creador y nosotros…

Nunca comprenderé por qué la gente adora a dios. No tiene orgullo. No tiene complejos. Es dios. Si quisiera podría pulverizarnos a todos en el acto. No necesita que le digamos lo todopoderoso que es, lo bien que se porta con nosotros y lo mona que le ha quedado la Creación. Si lo necesitara, sería para echarse a temblar.

Y yo creo que lo necesita: por eso la única oración justificable es la preventiva.

No hay que considerar su infinita bondad, sino su infinita maldad (o por lo menos, su infinita negligencia) Tienes que rogar por que no mande terremotos, pandemias, subidas de los tipos de interés o amores no correspondidos. Pedirle que te cure ese cáncer que ya padeces o un poco de suerte con la lotería es contraproducente, es como la exigencia de papeles para todos de esos inmigrantes ilegales que se encierran en una iglesia, se mean en los confesionarios y queman un cristo para calentarse cuando deberían pasar lo más desapercibidos posible y suplicar porque su situación no empeore.

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