sábado, 5 de mayo de 2007

"Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay"

He leído una novela de Michael Chabon, escritor estadounidense a quien llegué gracias a una crítica hipérbólica de “Revista de Libros”.

Le dieron el Pulitzer. Que me lo expliquen, por favor ¿Es un premio tipo Planeta o es que no había nada mejor que premiar?.

Narra la peripecia vital de un refugiado centroeuropeo en los EE.UU. El principio es bueno, con la huida del protagonista de la Checoslovaquia invadida por los alemanes, dentro del sarcófago que esconde al auténtico Golem de Praga, pero a partir de su llegada a los EEUU el argumento deja de interesar a no ser que seas (no es mi caso) un forofo del comic de superhéroes de los años cuarenta. No hay evolución dramática, ni peripecia vital, ni romance, ni nada de nada. Ni siquiera hay una acumulación de sucedidos. El contrapunto al protagonista es su primo, a quien Chabon podía haber sacado mucho provecho en vez de ningunearlo del peor modo mientras se obstina en describir durante centenares de páginas las aburridísimas entretelas del negocio de la historieta americana para terminar en un sorprendente y decepcionante (por lo breve) capítulo ambientado en la Antártida que no pega ni con cola con todo lo anterior, antes de rescatar al pobre Golem convertido en polvo como si hubiera hecho una lectura apresurada de las primeras páginas y se hubiera dado cuenta de que la novela quedaba coja. Lástima, porque Chabon se esfuerza en escribir bien. Pero no lo consigue y para colmo, lo que cuenta no interesa. Eso sí, el libro es muy agradable al tacto y a la vista, como todos los de Mondadori, aunque algunos errores de imprenta tornan incomprensibles ciertas frases

Hay que acabar con:

Los escritores americanos que edita Mondadori. A cual peor.

Aparecer a posta en el libro Guinness. Ojalá la fuerza aérea israelita utilizara como polígono de tiro los pueblos esos donde se hace la morcilla más larga del mundo o la paella más enorme. Otra cosa es la duquesa de Alba o la niña que estuvo hipando durante 38 días seguidos, que aparecen en el libro en contra de su voluntad..

La mala costumbre periodística de llamar a los negros “subsaharianos” y a los gitanos “de etnia gitana” y a las putas “colaboradoras sexuales remuneradas” y a los subnormales “disminuidos psíquicos” y a los homosexuales “gays” y a las mujeres “homínidos hembras”.

Hay que apoyar a:

Las mujeres a las que les gusta el sexo. Ese uno por mil tan mal considerado. Esas chicas cuya sensatez les impide ser prostitutas o parlamentarias del partido liberal italiano y que follan exactamente igual que un hombre: porque sí.

Las personas que hasta hace un par de años alertaban sobre el cambio climático y eran tachadas de locas por la derecha bienpensante y librecambista.

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