lunes, 28 de mayo de 2007

Somos legión

El Diario de Navarra publicó en su edición del día 23 un artículo alarmista acerca del envejecimiento de la población y la necesidad imperiosa de admitir un mínimo de tres mil inmigrantes anuales para compensar la falta de insensatez (o de fertilidad) de los úteros forales.

Me sorprende esta postura demagógica, profundamente egoísta, descaradamente religiosa. Demagógica, porque es lo que parece que la mayoría de la gente quiera oír (¡Envejecemos, dentro de poco se abolirá la jubilación!). Egoísta porque sólo pensamos en nuestro bienestar sin importarnos que el planeta reviente (y ya está reventando); el ser humano es una plaga, y va siendo hora de tomar conciencia y de reparar los daños que le hemos infligido. Y religiosa, porque detrás de estas monsergas se oculta la chaladura pro-multiplicación conejil del cristianismo, del islam, y del judaísmo, religiones surgidas de un desierto del que nunca debieron salir.

En un mundo donde no cabe un alfiler una sociedad desarrollada, como la navarra, debería considerar la necesidad no de aumentar la población sino de reducirla el máximo posible. Pienso que no faltan nacimientos, sino que sobran viejos. Y cuando yo sea viejo, seguiré pensándolo, y si no soy capaz de arreglármelas por mí mismo será mi problema y no de la sociedad. Yo no quiero que me haga la cocina una mucama antillana ni que me tome la tensión un enfermero chino. Si no tengo hijos que se ocupen, o quieran ocuparse, de mí, deberé asumir las consecuencias y no obligar por egoísmo a que el cantonés y el pidgin sean las nuevas lenguas co-oficiales

No hay comentarios: