martes, 4 de diciembre de 2007

El conflicto árabe-israelí

Está visto que el conflicto árabe-israelí necesita propuestas novedosas. La reunión de Annapolis de este fin de semana ha fracasado como todas las anteriores, ya se celebraran en Madrid, en Roma o en Tegucigalpa, por darle vueltas y más vueltas a los rollos macabeos de siempre. Hay que ejercer el poder de la fantasía. Y como a mí me gusta predicar con el ejemplo, ahí van unas ideas que Condolencia Rice y sus colegas de Oriente Próximo pueden utilizar sin pagarme un sólo dólar por derechos de autor. Ordenadas según sus probabilidades de éxito.

1) Los palestinos demuestran una astucia insospechada y se convierten en masa al judaismo. Total, Mahoma no es más que una copia beduina de Yahveh y ya están circuncidados…

2) La ONU crea un estado hebreo en Irán. Otro en Siria. Otro en Sudán. En Marruecos, en Egipto, en Afganistán, en Pakistán… Socialización del sufrimiento, que diría un politólogo abertzale.

3) Los musulmanes se olvidan de sus reivindicaciones y se ponen a trabajar, cosa que no han hecho en los últimos 1.400 años.

4) Los israelíes pliegan velas y se refugian en EEUU, y los palestinos recobran su tierra y reescriben los libros de historia para que no quepa duda de que Jerusalén fue fundada por Harun al Rashid.

5) Los israelíes retroceden a las fronteras de 1957 y los musulmanes abrazan la democracia.

No hay comentarios: