miércoles, 24 de octubre de 2007

Sexo no, somos navarros

A veces se me olvida lo ultraconservadora que es la sociedad navarra. Ha surgido el tema religioso en muchas de las últimas conversaciones que he mantenido con amigos y conocidos, y he comprobado para mi sorpresa que todos van a misa los domingos. Me los imaginaba perfectamente matando curas y merendándoselos crudos, y resulta que cada noche rezan el “Jesusito de mi vida” antes de hacer uso de sus parejas.

Hablan de dios con absoluta seriedad y no admiten el menor sarcasmo. Pero no creen ni por convicción ni “por si acaso”: creen por folclore. Porque es lo que se estila aquí, como se estila el beber pacharán (un brebaje directamente inspirado por Satanás), o disfrazarse en Nochevieja y no en Carnaval. Porque hay que creer, vamos.

En cuestión de carácter están al mismo nivel que esos merluzos que se casan con su novia de toda la vida tras un ultimatum, y que se ponen a tener hijos como con prisa. Les preguntas por qué y te responden que porque hay que tenerlos. Por el bien del mundo, por el bien de la especie. Por exigencias del guión.

Me gustaría saber qué se comentan los matrimonios ultraconservadores navarrensis, mientras se miran con ojos golositos:

“¡Ahora, Camino, concibamos un hijo en bien de la Humanidad!”
“¡Aprovecha la ocasión, Fermín, que estoy ovulando como una loca!”


Nunca dejará de sorprenderme que una buena parte de la población adulta de esta tierra siga, en materia de conducta sexual (por escoger una cualquiera) las directrices de personas que sólo conocen el tema de oídas (en los confesionarios).

No hay comentarios: