jueves, 25 de octubre de 2007

Nada más que la verdad

Titular de la edición del miércoles 24 de octubre del Diario de Navarra:

“Un argelino, en coma tras ser tiroteado en un ajuste de cuentas en Cintruénigo. La policía sospecha que los autores podrían ser un grupo de sudamericanos”

La misma noticia, recogida por El País sería

“Un hombre, en coma tras ser tiroteado en un ajuste de cuentas en Cintruénigo. La policía sospecha que los autores podrían ser un grupo de hombres”

Evidentemente, la mayor parte de los inmigrantes viene a trabajar y a no meterse en líos, pero una minoría bastante amplia oriunda de países (sería mejor denominar “territorios”) echados a perder por la dictadura del proletariado o por el caudillismo bolivariano, viene a delinquir. Y la prensa no puede ignorarlo. Una cosa es la línea editorial y otra negar la realidad con la excusa, ideológicamente interesada, de que los puntos sobre las íes pueden fomentar la xenofobia.

Ahora son frecuentes delitos que nunca se habían conocido en Navarra. Cuando lees que un marido jovencísimo le ha partido la cara en plena calle a su mujer embarazada de ocho meses, que un muchacho ciegoputo ha sido violado por sus compañeros de piso o que una banda de mujeres saqueaba tiendas de ropa tras apalizar a las dependientas, deduces sagazmente sin necesidad de seguir leyendo que los antepasados de todos los presuntos no lanzaron chuzos en Roncesvalles.

Un navarro de pata negra te puede poner una bomba en el coche defendiendo una dictadura marxista hablada en vascuence, te puede incrustar una azada en la cabeza por sospechar que le hayas sobado las ubres a su vaca favorita, te puede robar la billetera en la cola de la caja del supermercado. Pero desde que la emigración pasó de anecdótica a catastrófica por obra y gracia de esos políticos que bien se cuidan de permitir que otros políticos venidos de fuera les hagan la competencia, la casuística delictiva ya no es la que conocimos en nuestra infancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ésta entrada es de una xenofobia fascista que tira para atrás.