sábado, 20 de octubre de 2007

El subsconsciente

Cuando te viene a la cabeza una canción que nunca te gustó demasiado y empiezas a verle la gracia, el subsconsciente quiere decirte algo. Seguro. Bueno, a mí me está gritando algo. No sé qué. Desde hace varios días no hago más que oír una canción de Glutamato Ye-yé titulada “La balada de Karen Quinlan” y he descubierto con horror que no sólo me sé todos los acordes, sino que recuerdo perfectamente la letra (lo he comprobado).

Glutamato siempre me pareció un grupo raro. Eran buenos músicos, pero se lo tomaban todo a risa. El cantante, como vocalista, fue de lo mejorcito de la Movida, pero aquel bigote a lo Adolf Hitler producía tanto repelús… Recuerdo que sacaron “Todos los negritos tienen hambre y frío” que, para mí, era el colmo del cinismo, y no sólo no hubo un escándalo nacional tipo Las Vulpes, sino que arrasó en los medios ultracatólicos y creo que llegó a ser la melodía de una campaña del Domund…

Karen Quinlan fue una precursora del debate de la eutanasia. Tomó un cóctel de drogas y permaneció en coma un montón de años. Le desconectaron de la máquina de respiración asistida y se armó la de dios, pero ella resistió una temporada más para desesperación de sus familiares y de su seguro médico.

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