lunes, 1 de octubre de 2007

Camilla Parker Bowles, santo varón.

Voy a romper una lanza a favor de Camilla Parker Bowles. Una señora de verdad, que mira a los ojos y da la mano firme, no como la neurasténica de Diana Spencer que miraba de través y daba la mano como con asco. Una patriota capaz de sacrificarse por un sinsangre del que está enamorada anteponiendo el interés del pueblo británico a su felicidad. Y no como Diana Spencer, que hizo todo lo que pudo para destruir la monarquía que le daba de comer. Si alguien merece portar una corona en esa corte llena de esperpentos –desde la reina hasta el último recogemierdas, pasando por todos los periodistas apostados tras las rejas de palacio- es la señora Parker Bowles, que aúna sentido de Estado, y sentido de la vergüenza, propia y ajena, para pasmo de todos los que pensamos que el RUdGBeIdN ya no produce ciudadanos merecedores de pasar a la Historia.

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