jueves, 31 de enero de 2008

Síndrome de superadaptación cultural

Nunca dejará de sorprenderme la facilidad con que algunas personas se adaptan a una sociedad desconocida, aunque también me sorprende que otras se aferren como lapas a su idiosincrasia original y la exageren hasta la caricatura, que no sólo no pierdan el acento al cabo de veinte años sino que encima te lo contagien.

Supongo que lo sensato es encontrar un equilibrio: te interesas por la cultura de la sociedad de acogida y conservas los elementos más conservables de la tuya propia, sin avergonzarte de ellos y sin imponérselos a los nativos. Así evitas romper con tu esencia y evitas también que tus nuevos conciudadanos te miren mal. Porque existe –por lo menos aquí- una sutil discriminación hacia el venido de fuera y según sean tus apellidos no bastarán cuatrocientos años de antepasados que hayan pisado estas tierras para hacer de ti un navarro a carta cabal.

Yo creo que si vienes de un país o de una región distante para hacer aquí tu vida, debes interesarte por la cultura local símplemente como muestra de sentido común, para facilitar tu aclimatación, y por respeto a la sociedad que te recibe.

Pero lo que no puedes hacer es bajarte del tren, graparte una boina en la cabeza y ponerte a bailar el aurresku o la jota como si estuvieras poseído por el espíritu del último cro-magnon. Lo más curioso es que estos fenómenos de la superadaptación casi siempre eligen la variante abertzale de la panoplia navarra, no la carlista o la ultraconservadora. Bueno, ultraconservadoras son todas ahora que lo pienso. Hasta la vanguardia artística pamplonesa lo es. Supongo que si fueran a vivir al sur de Suecia se convertirían como por arte de magia en lapones.

Lo más chocante es que miran a los nativos por encima del hombro. Tú les comentas que no hablas ni una palabra de salacenco o que no diferencias una oveja churra de otra lacha y te miran como si buscaras el desayuno en los contenedores de una clínica abortista. El síndrome se agrava cuando el superadaptado se ha criado en Canarias o en Extremadura (no sé por qué: habrá que estudiarlo)

Hay que acabar con:

Los reposteros navarros, mecagüen lá: por cada festividad sacan un dulce “con siglos de tradición”. Navarra debe de ser el único lugar del mundo donde el tiempo inmemorial se mide por horas.

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